PTI

Un Tesoro de la Montaña

El Refugio Garganta del Diablo, inaugurado en 1937 por el Club Andino de Concepción, ha sido un espacio emblemático para los amantes de la naturaleza y el montañismo. A lo largo de los años, sufre el abandono debido a la falta de recursos, lo que ha causado cierto deterioro por las inclemencias del tiempo. A pesar de esto, sigue siendo un destino atractivo para quienes buscan aventuras en las montañas de Chile.

Acceso y Rutas de Llegada

Este refugio se encuentra accesible durante todo el año, aunque se recomienda hacerlo con un guía local, especialmente si no se conoce el camino. Es importante informar a Carabineros sobre la hora estimada de ascenso y descenso por motivos de seguridad. Hay dos rutas principales para llegar:

Ruta Aserradero: Esta ruta es particularmente hermosa, atravesando un espeso bosque de robles y ñirres, lo que la convierte en una experiencia encantadora para quienes disfrutan de la naturaleza.

Ruta Las Tres Marías: Partiendo desde el andarivel El Refugio, esta vía es utilizada también por esquiadores y motonieves, por lo que es importante tener precaución en invierno. El camino atraviesa un bosque centenario y luego sigue por una zona de arena volcánica hasta llegar al refugio.

Ambas rutas toman entre 3 y 4 horas de caminata, aunque en invierno el tiempo puede aumentar debido a la nieve. La zona también es popular para el Mountain Bike (MTB), ya que los senderos son ideales para este deporte, con secciones de saltos y obstáculos.

El Refugio y sus Vistas

Una vez en el refugio, se puede observar una formación rocosa que da nombre al lugar: la Garganta del Diablo, donde el viento crea un sonido característico y aterrador. Desde este punto, el mirador natural ofrece vistas panorámicas espectaculares del Valle Shangri-Lá, el Nevado de Chillán, el volcán Antuco y la cordillera del Bío Bío

Actividades en Refugio Garganta del Diablo

El refugio es un punto perfecto para disfrutar de diversas actividades al aire libre durante todo el año, como:

 

Fotografía de paisajes (ideal para aficionados y profesionales).

Meditación en un entorno natural y tranquilo.

Observación de flora y fauna nativa.

Trekking con raquetas de nieve en invierno.

Mountain Bike Enduro y otros deportes de aventura.

Esquí de travesía (randonneé) y snowboard en temporada invernal.